Es muy seguro que usted esté escuchando en todos los medios de comunicación y RRSS noticias sobre la cláusula suelo, pero ¿qué son las cláusulas suelo y techo?
La mayoría de hipotecas en España están referenciadas al Euribor. Se trata de una tasa de intereses que se calculan a nivel europeo y que fluctúa constantemente.
Los bancos, cuando conceden un crédito, por regla general, exigen en la devolución el pago de ese Euribor más un diferencial. Un préstamo a euríbor+1 significa que tiene los intereses del Euribor y un punto extra. Esos intereses se revisan cada año, en los que se actualiza (y con ello la letra mensual a pagar) según la cotización del Euribor.
Ante la fluctuación constante del Euribor, en muchas hipotecas se incluyen cláusulas de suelo y techo. Lo que quiere decir es que, el banco incluye en los contratos unos topes máximos sobre los que los intereses no crecen aunque el Euribor suba por encima (techo) y unos topes bajos los que los intereses nunca podrían reducirse (suelo).
Esta semana Un juzgado de Madrid ha anulado las cláusulas suelo de las hipotecas de 40 bancos y cajas. El Supremo ya anuló estos mismos límites en 2013 para varias entidades.
¿Por qué se ponen en duda las cláusulas suelo?
El Euribor alcanzó su máximo de la década en 2008. En verano aquel año superó el 5%. Significó que, para hipotecas firmadas a euríbor+1, los deudores pagaban más del 6% de interés. Las cláusulas techo no llegaron a activarse, porque los contratos de las entidades los habían colocado de media en el 13%.
El Euribor en 2009, bajaba mes a mes. Sin embargo las cuotas de las hipotecas no bajaban, porque el Euribor se situó por debajo del 3% e incluso por debajo del 1% al final del año y en los contratos donde había cláusulas suelo, se activaron.
La bajada del Euribor activó las demandas
Ante la bajada del Euribor, muchos descubrieron que sus contratos tenían cláusulas suelo. Comenzaron a llegar las denuncias, ya que muchos clientes aseguraban que no conocían su existencia y que las diferencias entre los suelos y los techos eran abusivos
El Tribunal Supremo dio su primera respuesta en 2013: declaró nulas las cláusulas de los contratos de varias entidades, calificándolas de poco transparentes, a lo que se han ido sumando más resoluciones en la misma línea.
La última sentencia apoyándose en la doctrina del Supremo motivada por una macrodenmanda de 15.000 afectados a través de la asociación Adicae.
¿Qué hacer si tienes todavía una cláusula suelo?
Muchos hipotecados, con las sentencias del Supremo, ya vieron sus cláusulas suelo anuladas. Algunas entidades decidieron negociar con los hipotecados, y llegaron a acuerdos particulares para suspender ese apartado de los contratos.
Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos Cajas de Ahorros y Seguros) aconseja a todos los hipotecados dejar de pagar estos porcentajes y acudir a sus entidades a exigir la anulación.
La asociación recuerda un párrafo de la sentencia, en la que la juez decía que se “serán beneficiados” por la sentencia y, por lo tanto, podrán exigir que se les deje de cobrar el suelo y que le devuelvan el dinero, “todos aquellos consumidores” que hayan firmado una cláusula “idéntica a las transcritas en la presente resolución y no transparente”. Sin embargo, añade que no hace falta que el contrato sea igual, sino que se entienden como idénticas cláusulas suelo “aquellas que, a pesar de no emplear el mismo texto ni las mismas palabras, sean sustancialmente iguales en cuanto a su contenido”.
¿Cuánto dinero pueden devolver a los hipotecados?
Las sentencias del Supremo y Juzgados hacen siempre referencia a la obligación de devolver lo cobrado por cláusulas suelo abusivas desde mayo de 2013 porque es cuando el Supremo dictó la primera sentencia y no incluía retroactividad.
Sin embargo la repuesta puede estar en la Unión Europea. El próximo día 26 de Abril, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea responderá a una pregunta sobre la retroactividad y decidirá si hay que devolver el dinero pagado de más por las cláusulas suelo desde el primer día en que se empezaron a aplicar y no desde mayo de 2013.
En el caso de que las entidades tuvieran finalmente que devolver el dinero desde el primer día que empezaron a cobrarse, el coste para los bancos se elevaría varios miles de millones más.