Los concursos de acreedores alcanzaron el año pasado la cifra más alta desde 2014. Según los datos de Axesor, las insolvencias patrimoniales llegaron en noviembre a su cifra más alta, aumentando un 24,9 % respecto al dato de 2018. Un repunte que están notando los bufetes especializados. Quizá las empresas empiezan a sentir los efectos de la ralentización de la economía.
Las estadísticas muestran que el concurso de acreedores sigue siendo un tabú en nuestro país. Se presentan diez veces menos insolvencias que en países de nuestro entorno, si bien es cierto que la ley concursal obliga a presentarlo cuando se da el supuesto objetivo.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/01/15/legal/1579080329_813452.html